Calor de verano


- ¿Podrías decirme la hora? - escuchó que le decía. Nunca le había gustado la cercanía de extraños y menos que alguno le dirigiera la palabra. Sin embargo la forma en que lo había preguntado era demasiado cortés, no un simple ¿tienes hora? o ¿dame la hora porfa?.

- Dos y cuarto - respondió, con un tono seco y certero, sin el menor atisbo de prolongar la conversación, sin siquiera un toque de cortesía en su entonación.

- Muchas gracias. Lo que pasa es que mi celular anda un poco extraño. A veces se cambia la hora y no estoy seguro si voy a tiempo.

Luego de sacar el celular de su bolsillo y apretar un par de botones él continuo diciendo - estaba bien, ¡que alivio! Entonces voy con tiempo de sobra.

Él la miró fijamente como si esperara una respuesta. Ella se sintió un poco incomoda con ello, pero él no parecía para nada una mala persona.

- A veces pasa eso cuando empieza a fallar la batería - terminó diciendo...

Así sin más, había caído en su juego.

1 ... sin más:

N!cky dijo...

todos caen